Pues aquí estás, y dime, ¿cómo llegaste hasta esta página? Seguro uno de dos caminos: o te tragaste todo el texto desde el principio como quien devora una novela en una tarde lluviosa, o hiciste un atajo, porque, vamos, ¿quién tiene tiempo para rodeos?
Si eres de los que leyó cada palabra, aplausos para ti. Significa que algo de lo que escribí resonó contigo, o quizás simplemente te gusta leer tanto como a mí. Pero si saltaste directo aquí porque lo tuyo es ir al grano, no hay problema. Al final, como bien dicen, todos los caminos llevan a Roma, o en este caso, a este formulario.
Ahora que estamos aquí, no hace falta que me hables de qué color prefieres las cortinas o si la última serie que viste te hizo dormir en el sofá. Lo que realmente me interesa es tu proyecto. Sí, ese que no te deja dormir por las noches y te tiene dando vueltas en la cama.
Cuéntame todo en el formulario: tus grandes sueños, esos pequeños detalles que quieres conquistar, los obstáculos que te están frenando, tus gloriosos fracasos y, por qué no, esos miedos que te susurran al oído. Dime todo lo que ronda por tu cabeza y necesitas sacar al mundo real.
Vamos, no te cortes. Aquí estamos para convertir esas ideas en algo más que pensamientos. ¿Listo? Dale, que el primer paso ya está hecho.